jueves, 4 de marzo de 2010

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Siempre he creído que todo aquello que no eliges es lo que te define: tu ciudad, tu barrio, tu familia. Son cosas de las que la gente de aquí se enorgullece. Para ellos son un logro. Almas envueltas en cuerpos, cuerpos envueltos en ciudades.He vivido en esta calle toda la vida, como casi todos mis vecinos.
Cuando tu trabajo consiste en encontrar a desaparecidos es útil saber donde se criaron. Yo encuentro a aquellos que empezaron con mal pie y luego tropezaron. Este entorno no es fácil... De pequeña le pregunté al cura, ¿cómo se podía ir al cielo, viviendo en este barrio, sin morir en el intento? Me dijo lo que Jesús le decía a sus discípulos: 'Sed sagaces como serpientes... e ingenuos como palomas'